Los ojos ubicuos de Christophe Philibert

Texto publicado en el catálogo de la exposición Christophe Philibert. Rin y Danubio, belleza en el corazón de Europa, inaugurada en Madrid, Isegoría, el 5 de mayo de 2023. El texto original en español ha sido publicado en las pp. 6-8, mientras que una traducción al francés, «Les yeux curieux de Christophe Philibert», a cargo de Carolina Sánchez y Christophe Philibert, lo ha hecho en las pp. 9-11.

Los ojos ubicuos de Christophe Philibert

Julio César Abad Vidal[1]

Christophe Philibert (Estrasburgo, 1946) es un pintor y acuarelista de extraordinario interés, cuya obra se ofrece en España por vez primera en la presente exposición. El lenguaje plástico de Philibert es conscientemente primitivo. No existe perfilado, todo es color, asombro retiniano, cromatismo encendido. Existe en sus paisajes un extraordinario vitalismo, asombroso en un hombre de temperamento flemático y setenta y seis años. Una alegría de vivir que parece ausente en muchos de nuestros jóvenes, en un mundo crecientemente atomizado y solipsista. Las pinturas de Philibert, nos emocionan por cuanto nos contagian el asombro de seguir vivos.

Festung Ram an der Donau (Fortaleza Ram junto al Danubio). 2022, óleo sobre lienzo, 40 x 50 cm

Para su presentación española hemos seleccionado obras de dos series consagradas enteramente a sendos ríos europeos: el Rin y el Danubio, constituidos en los auténticos núcleos temáticos de la muestra. Dos ríos a las que se halla consagrado en sendas series aún abiertas e iniciadas en 2013 y en 2017, respectivamente[2].

Der Rheinfall. Les chutes du Rhin (Cataratas del Rin). 2022, óleo sobre lienzo, 40 x 50 cm

El Rin nace en los Alpes, desembocando en el Mar del Norte. Entre las ciudades más importantes que atraviesa se hallan Basilea, Estrasburgo –cuna de nuestro pintor–, Colonia, Dusseldorf y Roterdam. Por su parte, el Danubio, que nace en la región alemana de la Selva Negra, atraviesa Austria, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Hungría, Moldavia, Rumanía y Serbia hasta, finalmente, desembocar en suelo rumano, en el Delta del Danubio en el Mar Negro. Con sus 2.850 kilómetros de extensión, se trata del segundo río más extenso de Europa, tan solo superado por el Volga. Si ambos ríos comunican numerosas naciones centroeuropeas, no resulta menos evidente el modo en que Philibert se ufana en representar el pabellón de las diferentes embarcaciones que los surcan, abundando de este modo en lo propicio del encuentro, de cuantas cultura, historia, tradición e idiosincrasia comparten esencialmente los pueblos de estas geografías europeas.

Esztergom und die Donau (Esztergom y el Danubio). 2020, óleo sobre lienzo, 38 x 46 cm

En una carta dirigida el 17 de agosto de 1838 por Víctor Hugo al pintor Louis Boulanger, afirmaba, y estas reflexiones están originadas, precisamente, por su tránsito por el Rin:

Los ríos acarrean las ideas lo mismo que las mercancías. Todo desempeña un papel magnífico en la creación. Los ríos, como inmensos clarines, cantan al océano la belleza de la tierra, el cultivo de los campos, el esplendor de las ciudades y la gloria de los hombres[3].

En las más de las pinturas de estas series, el curso del río resulta por completo paralelo al del límite horizontal del cuadro, lo que produce que el barco que lo surca sea representado enteramente de perfil. Pero existen, asimismo, en algunas de sus composiciones picados muy marcados, que permiten al espectador sobrevolar mágicamente la escena.

El primitivismo del que hace gala Christophe Philibert de un modo tan conmovedor no resulta tan solo retiniano, sino que es también mental. En sus obras, nuestro pintor ofrece informaciones que exceden los aspectos puramente visuales. Así, por ejemplo, se detiene en representaciones que evidencian diferencias muy notables en la escala de los diferentes elementos pintados. Una jerarquización que concede, como hacen los niños en sus dibujos, o como hicieran los pintores religiosos medievales en sus sublimes obras, un tamaño desproporcionadamente mayor a aquello a lo que se otorga una mayor importancia simbólica o un anhelo mayor por su informada representación. Así ocurre de manera prodigiosa en una de sus más maravillosas pinturas, protagonizada por la fortaleza de Ram, en territorio serbio, a orillas del Danubio[4].

Otro de los elementos fundamentales de la poética de Philibert estriba en ese ir acompañando al río en su transcurso, por lo que sus series presentan un carácter secuencial, un valor documental, mas que excede una vocación meramente neutra u objetiva, como acontece, empero, en tantas estrategias artísticas contemporáneas que no alcanzan un ortodoxo valor documental y caen en un inane anecdotismo. Los enclaves, en los que se detiene nuestro pintor resultan, felizmente, simbólicos. Una naturaleza secuencial que Philibert ya había empleado, por ejemplo, en una serie de acuarelas dedicada a la red ferroviaria neoyorquina, que experimentó en 2002, así como en sus desplazamientos en tren desde aquel estado hasta Toronto[5].

Para los lectores españoles anteriores al desmantelamiento, existe la memoria de una obra elegíaca que, de modo programático, identifica al río con la vida del hombre, siendo la desembocadura de aquél el paralelo del deceso de éste. Nos referimos, naturalmente, a las Coplas a la muerte de mi padre compuestas por Jorge Manrique (c. 1440-1479), rezando la tercera de las que componen su elegía, de este modo:

Nuestras vidas son los ríos

que van a dar en la mar,

qu’es el morir;

allí van los señoríos

derechos a se acabar

e consumir;[6]

Pese a ello, las obras de Christophe Philibert, más que en el momento mori parecen dirigirse a la máxima del carpe diem.  Somos pasajeros en el reino terrenal, mas ello no debe hacernos perder la alegría. Es preciso permanecer alegres. El mundo que ofrece Philibert contagia su asombro ante el milagro de la vida. Y, al tiempo, el deber de preservar la memoria de nuestra cultura, en tiempos de su programática demolición. Y, así, podemos unirnos al deseo del pintor, cuando, refiriéndose al río a cuyas orillas nació hace tres cuartos de siglos, y al que está dedicando una serie emprendida en 2013, aún abierta, el Rin: «¡Que este bello y poderoso río siga contribuyendo a la paz y la armonía de los pueblos del Viejo Continente![7]».

Die Donau in Serbien. Le Danube en Serbie (El Danubio en Serbia). 2022, óleo sobre lienzo, 33 x 41 cm.

[1] Julio César Abad Vidal es Premio Extraordinario de Doctorado en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Madrid. Es Doctor en Filosofía –Área de Estética y Teoría de las Artes–, Licenciado en Historia del Arte y Licenciado en Estudios de Asia Oriental, asimismo por la UAM.

[2] Más recientemente, en 2022 ha emprendido una serie pictórica, aún abierta, dedicada al río Mississippi.

[3] HUGO, Victor: El Rin. Tr. de Roberto Mansberger. Barcelona, Laertes, 1995, p. 96. En la misma misiva, recuerda a su amigo pintor lo que le ha dicho en otras ocasiones, «de entre todos los ríos, me gusta el Rin». Ibíd.

[4] En su término inferior izquierdo, Philibert ha escrito el nombre de la fortaleza en alemán. «Festung Ram an der Donau».

[5] Acuarelas reproducidas con textos manuscritos en inglés y francés del propio pintor en el libro Christophe Philibert- New York Railroads. Chemins de fer dans l’Etat de New York. París, Cité-Press, 2009.

[6] Y continúa, en lo que supone una afirmación de la vanidad (vanitas vanitatum et omnia vanitas) de las cosas: «allí los ríos caudales, / allí los otros medianos / e más chicos; / allegados, son iguales / los que viven por sus manos / e los ricos». MANRIQUE, Jorge: Poesía. Ed. de Jesús-Manuel Alda Tesán. Madrid, Cátredra, 1999, p. 149. La expresión no es personal del Manrique, pero su popularidad sí la convertiría en proverbial. Así, por ejemplo, en su Rimado del Palaçio, López de Ayala (1332-1406) sostiene en su copla 271: «Todas estas rriquezas son niebla e rroçío; / onrras e orgullos e aqueste loco brío: / echase omne sano e amanesçe frío; / ca nuestra vida corre como agua de rrío». LÓPEZ DE AYALA, Pero: Rimado de palacio. Ed. de Germán Orduna. Madrid, Castalia, 1991, p. 173.

[7] «Puisse ce beau et puissant fleuve rester pout toujpurs un facteur de paix et d’harmonie entre les peoples du Vieux Continent!». Christophe Philibert: «Rhenus superbus», en Christophe Philibert. Rhenus superbus. Basilea, Friedrich Reinhardt, 2022, pp. 7-9. La cita procede de la p. 9. La traducción es nuestra.

Die Donau in Ulm (El Danubio en Ulm). 2023, óleo sobre lienzo, 38 x 46 cm

Acerca de juliocesarabadvidal

Julio César Abad Vidal es Premio Extraordinario de Doctorado en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Madrid, es Doctor en Filosofía (Área de Estética y Teoría de las Artes), Licenciado en Historia del Arte y Licenciado en Estudios de Asia Oriental, asimismo por la UAM. Desde su primera publicación, en 2000 y, en sus proyectos como docente y comisario, se ha dedicado a la reflexión sobre la cultura contemporánea con tanta pasión como espíritu crítico. Crédito de la imagen: retrato realizado por Daniela Guglielmetti (colectivo Dibujo a Domicilio); más información en https://juliocesarabadvidal.wordpress.com/2015/07/29/dibujo-a-domicilio-un-cautivador-proyecto-colectivo-socio-artistico/

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