기억 (Gieok), una serie memorable

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En ocasiones, una fatalidad puede conducir a la reparación de una vida desperdiciada. Ese es el mensaje que transmite la memorable serie televisiva surcoreana기억 (Gieok, “Recuerdo” o “Memoria”).  Con guión de 김지우 Kim Ji U, y codirigida por 박찬홍 Park Chan Hong y 전창근 Jeon Chang Keun, sus dieciséis episodios, emitidos originalmente  en 2016 por el canal tvN, tejen una intrincada red de desventuras provocada por la violencia, la hipocresía, y por las fuerzas que impiden la desestabilización de un status quo injusto que blinda los intereses de la oligarquía. No obstante, la voluntad del protagonista, el abogado 박태석 Park Tae Seok, interpretado de modo magnífico por 이성민 Lee Seong Min, conducirá a un final feliz que repara el tejido y afirma la posibilidad de la corrección. Con el inminente estreno de un remake japonés, no es la primera ocasión en la que Kim Jiu y Park Chan Hong colaboran. Lo hicieron anteriormente en dos lúgubres series dedicadas a la venganza, una pulsión que permea buena parte de la producción de ficción más destacable de la Corea de las últimas décadas: 부활 (Buhwal; “Resurrección”), codirigida asimismo junto a Jeon Chang Keun, que fuera emitida en 2005 por KBS con un total de veinticuatro episodios, y  마왕 (Mahwang, “Demonio”), integrada por veinte episodios, emitidos por aquel mismo canal en 2007, y dirigida esta vez en solitario por  Park Chan Hong. Serie, esta última, que conoció un inapropiado remake, asimismo, japonés: 魔王 (Maô, “Demonio”), emitido al año siguiente por la emisora TBS.

En el primer episodio, muy adecuadamente iniciado in medias res, el protagonista, un abogado de éxito, tras sufrir un leve accidente de tráfico y someterse a un examen, alcanzará a saber que padece, si bien en un estado inicial, el mal de Alzheimer. Paradójicamente, la amenaza del olvido es la que le conducirá a practicar un ejercicio de memoria, provocando el resurgimiento de dos asuntos intrincados por el destino: el duelo por un hijo muerto, fallecido diez años atrás, tras ser víctima de un atropello y de la fuga del conductor (un delito de homicidio imprudente y de omisión del deber de socorro que ya ha prescrito[1]), y el crimen que constituyó su primer caso en el bufete en el que trabaja: el asesinato de una tendera en un pequeño establecimiento, cuyo nombre, 희망 (Heemang) se traduce, muy ilustrativamente, como “Esperanza”. Un caso en el que la negligencia y la comodidad del abogado provocarán el encarcelamiento de un falso culpable durante quince años.

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El desarrollo de los acontecimientos imbrica una tupida red en el que se manifiestan algunas de las preocupaciones sociales que comparten Kim Jiu y Park Chan Hong: la ilusión de bondad, mantenida a cualquier precio por la oligarquía (en este caso, por las familias 이 Lee y 신 Sin, propietarias, respectivamente del bufete en el que trabaja el protagonista, y de un grupo energético), el padre ausente (una figura fundamental en la creación surcoreana contemporánea en todas sus manifestaciones), y la violencia escolar. Estos dos últimos aspectos se relacionan, en la ficción de Gieok, respectivamente con el padre y el hijo mayor del protagonista. Y en ambos casos, la voluntad de nuestro héroe conduce a su reparación. En el primero, por una conjunción de remordimiento y perdón; y, en el segundo, gracias a la intervención del padre ante el consejo escolar en una de las secuencias más extraordinarias de la serie, que tiene lugar en el séptimo episodio. No es la primera vez que ocupa a Kim Jiu y Park Chan Hong el preocupante fenómeno de la violencia escolar (학교 폭력, hakkyo punyeon), y que ha sido frecuentemente abordado en recientes producciones audiovisuales surcoreanas. Así, un episodio de violencia escolar es el detonante del complejo entramado tejido por los deseos de venganza de una víctima lateral de estas agresiones en Mahwang, y es este tipo de abusos el que centra el proyecto en el que ambos se encuentran trabajando para una serie que se halla en proceso de preproducción.

Magnífico director de actores, Park Chan Hong logra un retrato multigeneracional en el que se encuentran tramas más amables y momentos de distensión, como la incipiente relacioón amorosa de dos jóvenes: un recién llegado abogado al bufete y la secretaria del protagonista. que velan por el bienestar de nuestro héroe, crecientemente amenazado por las lagunas que provoca su demencia, y que vienen a confirmar la posibilidad de la corrección en un mundo en el que la Justicia ha de hacerse prevalecer en un imperio en el que las leyes pueden manipularse en beneficio de un perverso status quo.

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Gieok constituye una loable producción audiovisual que transmite un mensaje esperanzador, una suerte de reverso luminoso del carácter lóbrego y trágico de la sed de venganza del gran éxito anterior de la pareja creativa formada por Kim Jiu y Park Chan Hong: Mahwang. En una entrevista que mantuvimos con el director el pasado 20 de febrero, confesaba que esta serie es su predilecta de entre cuantas ha realizado. Así, por ejemplo, su mascota, un cachorro albo que responde al mismo nombre de la serie, aparece en el desarrollo de la acción, cuando nuestro héroe lo obsequia a su hija menor, cumpliendo de este modo su más sentido anhelo. Una trama lateral que constituye una más de las nutridas claves que conducen a la afirmación de la posibilidad de la inocencia, de la esperanza y de la redención en un mundo culpable como el nuestro.

Notas

[1] La muerte de su hijo condujo a la quiebra de su primer matrimonio, culpando su ex esposa al protagonista de haber olvidado demasiado fácilmente esta tragedia, una desventura que la mantiene retenida en un duelo hasta el momento insuperado. El desarrollo de la relación entre estos dos personajes constituye una de las subtramas más sugestivas del relato, gracias, en parte, a la fascinante actuación de la actriz que interpreta al personaje de 나은선 Na Eun Seon, 박진희 Park Jin Hee.

Acerca de juliocesarabadvidal

Julio César Abad Vidal es Premio Extraordinario de Doctorado en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Madrid, es Doctor en Filosofía (Área de Estética y Teoría de las Artes), Licenciado en Historia del Arte y Licenciado en Estudios de Asia Oriental, asimismo por la UAM. Desde su primera publicación, en 2000 y, en sus proyectos como docente y comisario, se ha dedicado a la reflexión sobre la cultura contemporánea con tanta pasión como espíritu crítico. Crédito de la imagen: retrato realizado por Daniela Guglielmetti (colectivo Dibujo a Domicilio); más información en https://juliocesarabadvidal.wordpress.com/2015/07/29/dibujo-a-domicilio-un-cautivador-proyecto-colectivo-socio-artistico/

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